Seguidores

martes, 26 de mayo de 2020

Primeros pajareos postcuarentena.

Como no podía ser de otra manera, algunos escapes tras el confinamiento me he podido permitir, y como no, esto también implica observar aves durante ellos. 

Al principio esto se limitaba a las cercanías de casa, que ya suponen un buen lugar, el castillo de casares al tener bastante altitud proporciona un buen lugar de observación. Siempre salen al encuentro los famosos buitres, que además de encontrar hogar debajo también hacen de aquí el lugar perfecto para remontar a Sierra Crestellina.
Buitre leonado (Gyps fulvus)

Buitre leonado (Gyps fulvus)

Buitre leonado (Gyps fulvus)
No todas las rapaces son buitres, se ve a la culebrera cernida a lo lejos, una pareja de águilas calzadas realiza sus vuelos nupciales mientras otro de su especie a menos altura va a por la merienda, el macho de cernícalo vulgar le hace una ofrenda a su compañera... Y desde abajo llega una silueta blanca que se pone a mi nivel y asciende por encima, es uno de mis queridos alimoches, que a la par que llega se esfuma, para volver a asomar quizá un kilómetro más lejos.
Águila calzada (Hieeraetus pennatus)

Alimoche común (Neophron percnopterus)

Alimoche común (Neophron percnopterus)

Alimoche común (Neophron percnopterus)
A juego con el alimoche, seis aves más por encima, son cigüeñas blancas, que se dirigen desde el vertedero hacia sus nidos.
Cigüeñas blancas (Ciconia ciconia)
Cogiendo bastante altura hay una nube de vencejos, entre los que se distinguen los comunes, pálidos y varios reales armando un buen escándalo.
Vencejo real (Tachymarptis melba)

No todas las aves se ven en el cielo, por la zona hay una collalba negra macho marcando territorio, una pareja de roqueros solitarios buscando alimento, una colonia de gorrión chillón donde se comienzan a establecer las parejas, además de multitud de fringílidos, algunos mirlos, gorriones comunes y un mosquitero papialbo que se pasea en un algarrobo.
Collalba negra (Oenanthe leucura)

Roquero solitario (Monticola solitarius) hembra.

Roquero solitario (Monticola solitarius) macho.

Verdecillo (Serinus serinus) que es uno de los fringílidos que aquí crían.

Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli)
Otros días fui a parar en los alrededores del pueblo, allí cantaban los zarceros políglotas sin cesar en conjunto con ruiseñores comunes y algún triguero de vez en cuando, las cogujadas montesinas salían de las vallas de al lado del camino y bastante próximas las tarabillas cebaban a sus volantones, vigilados por el alcaudón común, que seguramente estaría pensando en lo bonitos que lucirían empalados. Varios escribanos soteños reclaman, y terminan por asomar.
Cogujada montesina (Galerida theklae)

Cogujada montesina (Galerida theklae)

Escribano soteño (Emberiza cirlus) macho.

Escribano soteño (Emberiza cirlus) macho.
Nuestro camino finaliza en un arroyo que cuenta con numerosos chopos y buenos árboles en su curso, allí sale una bella oropéndola, que fue expulsada poco después por un pico picapinos defendiendo su territorio, no debimos esperar mucho para averiguar que estos últimos habían ubicado aquí su nido. Se cruzaban muchas currucas capirotadas que estarían en algo así similar al paraíso con tanta vegetación, algún petirrojo, varios papamoscas grises... Seguramente el torcecuellos estuviera ahí en algún lugar dado a los buenos árboles y oquedades en ellos, pero no resultó posible siquiera escucharlo. Algunos abejarucos han hecho sus "madrigueras" en un talud.
Oropéndola europea (Oriolus oriolus)

Pico picapinos (Dendrocopos major) 
Percibimos que una rapaz nos sobrevuela, gran sorpresa al comprobar que es un águila perdicera adulta, a mayor distancia dos culebreras europeas con sus cosas.
Águila perdicera (Aquila fasciata)

Culebrera europea (Circaetus gallicus)
Pero antes de regresar a casa, hay que realizar una visita a un tajo. Entran y salen por todas partes estorninos negros con cebas y sacos fecales y vemos otra pareja de roqueros solitarios en la misma situación que ellos. Por otro lado los cernícalos vulgares que todos los años son fieles al mismo agujero, pero los principales protagonistas por los que venimos son sus primos los primillas, y a medida que la tarde cae, ellos aparecen. Parece que este año hay 4 o 5 parejas, es difícil determinar nada aún, deberemos esperar para estar más asegurados. Este rincón también da cobijo a vencejos reales y gorriones chillones. Con esta foto me despido, pero dejar claro que no tardaré en volver a escribir algo por aquí, solo para que no os pille de sorpresa...
Cernícalo primilla (Falco naumanni) macho portando una presa.

2 comentarios:

  1. Preciosa entrada Andrés!
    Muy buenas fotos y un texto ameno. Que envidia la perdicera...
    Un saludo!

    ResponderEliminar